Mi primer cortometraje. Un simple ejercicio para la clase de cine de Bellas Artes. Las condiciones: mostrar una escena cotidiana y una conversación (simultáneamente) con planos fijos. Ni movimientos, ni desenfoques, ni zooms, ni giros, ni travellings...
El resultado es torpe y contiene algunos fallos. Pero es un simple ejercicio. Hecho con las prisas de última hora, sin un equipo adecuado y un ordenador que no permite oír y visualizar bien las cosas en el montaje. Ergo, montado un poco a ciegas.
Siempre me había traído de cabeza el qué rodar por primera vez. No quería pasos en falso. Y esperaba una gran idea.
Este ejercicio me ha sido de gran ayuda y me ha enseñado varias cosas:
Que todos los fallos se cometen en la planificación.
Una buena planificación te prevendrá de cualquier infortunio. Planos de más y planos alternativos a los que tienes pensados te salvarán el cuello. Todo lo que se hace en el rodaje es llevar a cabo lo planeado anteriormente. Sólo debes intentar seguir tus propias instrucciones, y dirigir a los actores, por supuesto.
Antes de llevar a cabo tu gran idea, o aquello que deseas con ganas rodar, curtete en algún ejercicio práctico como el que nos ocupa. Así, los fallos de principiante no ensuciarán tu amado proyecto.
Prácticamente todo puede solucionarse en el montaje. Aquello que no se pueda solucionar será debido a un problema de planificación.
Es imprescindible un buen equipo. No hablo de una cámara en HD (que si puede ser, mejor que mejor), sino de un equipo solvente. Un micrófono que recoja bien el sonido, una cámara solvente, un ordenador que no se colapse...
La mala calidad del time-lapse se debe principalmente a la (deficiente) compresión del programa de edición.
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